martes, 21 de octubre de 2014

¡¡¡QUERIDA SALAMANCA!!!



          Arte, historia y cultura se funden en esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Paseamos por su casco histórico descubriendo palacios, claustros, templos y jardines mientras disfrutamos de su ambiente universitario, siempre alegre y fresco.

Recorremos de un lado a otro Salamanca, esta hermosa ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, en busca de sus ocho rincones imprescindibles, marcados por el arte, la historia y la cultura. Son éstos.


1. La Plaza Mayor, el sol que sana


 La Plaza Mayor de Salamanca es una de las plazas más hermosas de España y del mundo y uno de los monumentos barrocos capitales de la arquitectura peninsular. Fue y será el corazón, el lugar del encuentro. Los que la pasean, la contemplan, charlan en sus porches o se sientan en sus cafés saben cómo allí el sol sana todos los males, o casi todos.  



2. La Universidad, la valentía del saber

La Universidad, la más antigua de España, con sus profesores, alumnos, rituales o su peculiar vida universitaria representan la aventura del conocimiento. La fachada, el mejor ejemplo del plateresco; el Aula de Fray Luis de León, desnuda y esencial; la espectacular Escalera; El Cielo de Fernando Gallego, una de las pinturas más valiosas, casi inimaginable; o la Biblioteca Histórica constituyen las escalas fundamentales de ese viaje.



3. La Catedral y sus torres



El conjunto catedralicio cuenta con dos templos, o dos catedrales es otro de sus imprescindibles: una nueva, gótica, renacentista y barroca, que nace y crece a partir de la otra, románica e íntima. Son muy populares entre los visitantes los motivos decorativos que aparecen en la Puerta de Ramos, algunos de los introducidos en 1992 durante su restauración como el famoso astronauta, el mono que está comiendo un helado o la cigüeña. En los alrededores aparecen espacios tan sugerentes como el Palacio de Anaya, al que acuden a diario a estudiar universitarios, o el Palacio Episcopal. Y a sus pies el río, con el puente romano.


4. La Casa Lis, art nouveau-art déco


Nunca un museo se pareció tanto a un poema. En el interior de este impresionante palacete, vestido con hermosas vidrieras de colores, se guardan algunos de los tesoros más preciados de esta ciudad: 19 colecciones de artes decorativas del siglo XIX y principios del XX. El complemento perfecto para una Salamanca barroca, azul y dorada. Más que un capricho es un sueño de modernidad, una alegoría art nouveau y art déco.
 

5. Los miradores de la ciudad
Desde las torres de la catedral.




Subir a las torres es una experiencia única, es respirar, ver el mundo para anticiparnos de un modo placentero a nuestro devenir. Se inventaron para estar cerca del cielo, el lugar en el que sencillamente se es feliz. Pero también para otear el horizonte. Un recorrido por las torres medievales de la catedral, entre almenas, pináculos y gárgolas, permite contemplar la Catedral Vieja y su maravilloso retablo; la gran catedral Nueva desde su andén interior y la ciudad, el conjunto catedralicio y la vega del río Tormes desde las terrazas y atalaya. Es la exposición Ieronimus una mirada inédita que se complementa con la visita a otras torres, las de La Clerecía a través de Scala Coeli, una singular Escalera al Cielo con la que podremos disfrutar de panorámicas singulares de la urbe que nunca antes habíamos conocido.


6. Un paseo entre leyendas

La célebre Casa de las Conchas.




El amanecer y el atardecer son los momentos mágicos en los que la ciudad resplandece como iluminada por una luz. En ese instante, la leyenda rodea lugares como la Casa de las Conchas, un palacio que, según cuentan, esconde un tesoro bajo una de las conchas que decoran su fachada. También están rodeados de misterio el Huerto de Calixto y Melibea, un pequeño jardín escenario de la obra protagonizada por los dos amantes, la Cueva de Salamanca, en la que el diablo impartía a los estudiantes clases de brujería, o la famosa rana esculpida en la fachada de la Universidad y a la que todo estudiante que visita la ciudad busca para conseguir aprobar el curso.


7. Salamanca para comérsela

Saboreando la gastronomía salmantina.




Cuando el visitante quiere comer, la ciudad de Salamanca responde, sin duda, en todos los aspectos. Es increíble la calidad y variedad de los restaurantes salmantinos en los que podemos encontrar desde la oferta más tradicional, con locales especializados en la cocina castellana de guisos y asados, hasta las tendencias más innovadoras del sector, sorprendentes por su carta, su decoración y su servicio.


8. La vida nocturna

La vida nocturna de la ciudad es intensa.




Con la noche, la ciudad cambia de nuevo. Es el momento para pasear e incluso visitar sus monumentos iluminados o para salir de fiesta. Existe una gran variedad de zonas con bares, pubs y discotecas en los que disfrutar de la noche, con actuaciones de música en vivo y una decoración muy cuidada. El ambiente joven, universitario e intercultural hace que salir de noche en Salamanca sea una experiencia imprescindible.

Η ΚΑΛΥΤΕΡΗ ΕΠΙΛΟΓΗ ΓΙΑ ΤΙΣ ΔΙΑΚΟΠΕΣ ΣΟΥ!!!



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