El Mariquelo era originariamente el miembro de una familia, los Mariquelos, que debía subir cada año a la torre de la Catedral Nueva de Salamanca, en agradecimiento a Dios porque el terremoto de Lisboa
de 1755 apenas había dañado el edificio y no ocasionó víctimas
mortales.
¡¡¡EL MARIQUELO!!! |
El terremoto de Lisboa
El 31 de octubre de 1755 se registró un fuerte terremoto en las costas del Cabo de San Vicente, en Portugal. Se calcula que tuvo una magnitud en torno a 9 en la escala de Richter y provocó un tsunami
que afectó a buena parte de Europa Occidental y el norte de África.
Pero sobre todo pasó a la historia debido a que ambos fenómenos
arrasaron completamente la capital portuguesa, pasando a ser conocido
como el Terremoto de Lisboa.
En Salamanca,
ciudad relativamente cercana a Lisboa, se dejaron sentir los efectos
del terremoto, y la población asustada se refugió en la recién
construida Catedral Nueva, finalizada en 1733.
La construcción permaneció casi intacta tras el suceso, aunque algunas
figuras de su fachada se hicieron añicos al caer al suelo. Pero el daño
más importante lo sufrió la torre,
que quedó ligeramente inclinada.
A simple vista sólo puede apreciarse
la falta de esbeltez de su trazado, dado que tuvo que ser reforzada en
sucesivas veces por temor a que se derrumbara.
En conmemoración de aquel día, el Cabildo catedralicio de Salamanca estableció que todos los días 31 de octubre
subiera alguien a la torre para tocar las campanas, para dar gracias a
Dios y pedir que el terrible suceso no se repitiera.
Además, era necesario medir año tras año la inclinación de la torre para comprobar que no siguiera inclinándose. Los encargados de iniciar esta costumbre fueron los Mariquelos, una familia que vivía dentro de la catedral y que se encargaba de tocar las campanas cuando correspondía.
Además, era necesario medir año tras año la inclinación de la torre para comprobar que no siguiera inclinándose. Los encargados de iniciar esta costumbre fueron los Mariquelos, una familia que vivía dentro de la catedral y que se encargaba de tocar las campanas cuando correspondía.
El último mariquelo de la familia fue don Fabián Mesonero Plaza que dejó de subir al cimbalillo en 1977.
(Un vídeo representativo)
Viva Salamanca!!!!
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