Secretos, curiosidades y anécdotas custodiados por la Universidad de Salamanca
Los secretos, misterios y curiosidades de la Universidad de Salamanca son sombras sobre una acera, apareciendo o desapareciendo según la posición del sol y de las nubes. La Universidad de Salamanca es un lugar mágico, cuna de todo tipo de saberes y bautismo de nombres inolvidables. Escuela fundada por un rey y frecuentada por la realeza de las ciencias y las humanidades. Objeto de atenciones papales, desde Alejandro IV y Benedicto XIII, hasta Martin V. Distintas Edades, tiempos y épocas la han visto crecer guardando, discreta y leal, secretos propios y ajenos, anécdotas sin más testigos, hoy, que la historia.
Todavía resuenan entre las paredes de sus aulas los susurros de un fraile encarcelado por la Inquisición y las voces a la rebelión de Unamuno, un rector poeta y antimarxista. Aún se oyen, a lo lejos las palabras de los amantes en su huerto amurallado, y al joven Lazarillo escapando, rápido y pícaro, junto a la orilla del Tormes.
Geografía universitaria de una ciudad monumental
Decir Universidad de Salamanca sin pensar inmediatamente en la ciudad que le presta el nombre es un imposible. Las calles de esta ciudad castellano leonesa se han moldeado bajo los pasos de los estudiantes, que han caminado y caminan sus aceras desde hace cientos de años. La Universidad de Salamanca son muchas cosas. Grandes Escuelas, edificios pontificios, filosofía de piedra y heladas nocturnas. Son las calles adoquinadas que la circundan, boletines de notas y fines de años anticipados. Excursiones de sábado a Ciudad Rodrigo o a La Alberca. Cátedras ilustres, pasquines y conferencias, chatos en esa Plaza Mayor inolvidable, todavía hoy una de las más bellas de España.
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