El hispanismo africano reivindica su lugar en el mapa de la política exterior española
Un chachachá de la independencia juguetón, que acompasa tiempos mejores y esperanza compartida. La Quinta del Buitre, el Barça de Guardiola o la Roja encendiendo pasiones vitalicias en maquis, estadios y plazas. Las felices imágenes de guateque inmortalizadas por Malick Sidibé, a las que ponen banda sonora Maravillas de Mali o la Orquesta Baobab.
Los versos de Lorca o Pizarnik, las dificultades del Buscón o Pedro Páramo, la maestría al hilvanar palabras de Carmen Laforet, Juan Goytisolo o Benito Pérez Galdós.
El Che varado en la selva congoleña mientras espera noticias de Laurent Kabila, arropando con su sombra legendaria a los cientos de cubanos que apuntalaron las guerras de liberación africanas o acorralaron al ébola en tiempos más recientes. Los bruñidos pectorales de los hermanos Reyes, las lágrimas de Marimar y las maldades de la Chacala.
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