No parece casualidad o por lo menos llama la atención: casi todos los lugares que copan esta lista (todos menos uno, de hecho) son edificios emblemáticos e icónicos de Madrid y su historia está teñida de crímenes, de terribles asesinatos. Es decir: la historia truculenta parece ser un componente necesario para que ese lugar luego sea un lugar importante. Como un augurio (malo, por supuesto).
En ese punto y habida cuenta de que la veracidad de muchas de las historias es dudosa, aparece una pregunta ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? O sea, ¿el crimen o la leyenda?
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