Documentado ya en 1306, el castillo de los Duques de Alburquerque es desde 1931 Monumento Histórico-Artístico y uno de los más bellos de Segovia y de Castilla y León. La parte baja (fortaleza y palacio) es mudéjar y en su puerta luce el escudo de Castilla y León con la granada y el lema de Enrique IV: 'agridulce es el reinar'. Para él este aserto fue muy cierto porque se sintió incomprendido y vilipendiado. Acabó enterrado en el monasterio de Guadalupe.
El primer duque de Alburquerque, Beltrán de la Cueva, fue nombrado señor de Cuéllar por Enrique IV en 1464. En el interior del castillo se construyó posteriormente –en el siglo XVI- un palacio en torno a un patio de columnas, con doble galería de arcos rebajados. Conserva balconada (que lleva el nombre del duque), corredores, galerías, aposentos, bodega, armería, sótanos y zona de servicio.
Por el castillo pasaron a lo largo de los siglos importantes personajes como Juan II, que ofrecía en sus salones lujosas fiestas en honor de los infantes de Aragón, o el rey Pedro I, que se casó aquí con Doña Juana de Castro. En sus salones estuvieron también las tropas francesas mandadas por el padre de Víctor Hugo, y posteriormente las inglesas con el general Wellington.
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