jueves, 27 de noviembre de 2014

¡Los consejos más útiles para memorizar datos y textos!

Unos sencillos trucos y reglas mnemotécnicas pueden facilitar enormemente a los estudiantes la tarea de memorización


Ante todo, lo más importante es comprender lo que se trata de memorizar. Si se trata de aprender de memoria algo que no se entiende, el cerebro lo almacenará en la memoria a corto plazo, por lo que la información será olvidada rápidamente. Por ello, además comprender lo que se estudia, es bueno utilizar reglas mnemotécnicas que, a modo de pistas, permitan recordar lo que se ha leído.

El uso de acrónimos formados con iniciales para recordar los elementos de una fórmula o de frases ingeniosas que contengan las palabras de una lista son dos de las aplicaciones habituales de este tipo de técnicas.
De hecho, la repetición es uno de los elementos claves a la hora de memorizar fórmulas matemáticas, leyes físicas o listados.

Uno de los trucos más efectivos para memorizar una lista consiste en repetir todos sus elementos una y otra vez. Posiblemente es una de las actividades más aburridas que existen, aunque a la larga acaba por dar resultados. Si la repetición se recita en voz alta, los resultados suelen ser más rápidos.

Para hacer algo más llevadera la memorización de listados, sus elementos pueden agruparse también en categorías, por conjunto de significados, algo que suele ser habitual en el estudio de idiomas, o asociando a cada palabra un concepto visual y que resulte familiar y fácil de recordar.

Otra técnica efectiva para estimular la memoria consiste en elaborar resúmenes, fichas, esquemas o mapas conceptuales con la información esencial de aquello que se quiere aprender. Al realizar el proceso de selección de los datos, el cerebro identifica su importancia y, gracias a la repetición del ejercicio, los va asimilando en la memoria a largo plazo.
 
Subrayar con diferentes colores los conceptos más importantes, estableciendo jerarquías que permitan identificarlos de forma rápida a la hora de repasar, comentar los temas con los compañeros de clase y tomar notas tanto en clase, como mientras se leen textos que amplían la información contribuye también a fijar más fácilmente la información en la memoria.

Sin embargo, ninguno de estos consejos sirve de nada si no se presta toda la atención al estudio. Para obtener el mejor rendimiento es necesario fuerza de voluntad y concentración. Para ello, el lugar de estudio debe ser una zona tranquila, con una temperatura agradable y libre de toda clase de distracciones que permita al cerebro prestar atención únicamente a la información que tiene que asimilar. Utilizar estas técnicas no garantiza aprobar los exámenes, pero, sin duda, ayuda a aumentar exponencialmente las probabilidades.

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