Las fiestas navideñas, como todo el mundo sabe, son entrañables y están llenas de tradiciones. Una de ellas, que parece ser tiene su origen en los pueblos pirenaicos y que actualmente está extendida por toda Cataluña, consiste en coger un leño, vestirlo, ponerle una barretina, pintarle rasgos de persona y dejar que los niños le ofrezcan todas las noches un plato con alimentos (que este leño — tió , en catalán— se come mientras las personas duermen, de manera que por la mañana solamente quedan los restos en el plato). El objetivo de dar comida al tió es provocarle un proceso fisiológico semejante al de los humanos y lograr que, si una materia entra por delante, salga otra por detrás (en su momento, la parte trasera del tió se tapará prudentemente con una manta). Pero, afortunadamente, lo que saldrá del tió no es lo que podría pensarse, sino alimentos típicos de la Navidad y regalos. De esta manera, por Nochebuena los niños, a golpes de bastón, le reclaman el producto de...